Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no cometan pecado. Aunque si alguno comete pecado, tenemos ante el Padre un defensor, que es Jesucristo, y él es justo. 1 Juan 2:1 (DHH)
La versión amplificada de Juan 14:26 enumera siete nombres descriptivos para el Espíritu Santo, y hemos estado hablando sobre estos siete en los últimos días. Hoy, hablemos de Él como nuestro Defensor.
Un defensor es alguien que lo apoya y cuida su espalda. Él habla en su nombre, creen y lucha por usted. Los abogados a menudo tienen mala reputación, pero si usted enfrenta un cargo falso en su contra, es posible que vea a sus abogados como salvavidas. Hablan con el juez en su nombre. Ellos cierran argumentos en su contra, que no tienen ningún mérito. Ellos conocen todas las reglas y cómo trabajar el sistema. Tener a alguien con conocimiento para que lo defienda puede ser una gran bendición.
El Espíritu Santo es el supremo defensor. Él sabe cómo guiarlo a través de las cosas que usted no entiende, en el ámbito espiritual, el reino mental, en los negocios y en sus relaciones.
Digamos que su salud comienza a afectarse y usted comienza a sentir que tal vez ha hecho algo para merecer esta enfermedad. El trabajo del Espíritu Santo es recordarle la verdad, él le recuerda las promesas de sanación que usted ha estudiado en la Palabra. Si usted ha hecho el trabajo para recibir esas verdades en su corazón, Él le recordará que Jesús murió en su lugar para que usted esté libre de la maldición de la ley, y que Dios nunca está en la tormenta en contra suya. ¡Dios está con usted en contra de la tormenta!
El Espíritu Santo siempre está ahí como su defensor, ayudándole a separar las mentiras de la verdad. ¡Él lo cuida!