Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor.
Colosenses 3: 23-24
¿Ha desarrollado el hábito de quejarse últimamente?
Si usted está enfermo y cansado de hablar de lo que le hace estar harto y cansado, es el momento de desarrollar un poco más de entusiasmo. La buena noticia es que el entusiasmo está en todos y cada uno de nosotros, como creyentes. De hecho, la palabra entusiasmo proviene de las raíces en y Theos, que significa “en Dios.”
Todo lo que usted hace en la vida, puede “hacerlo para el Señor” (Colosenses 3:23). Dios tiene que ver con la risa, la alegría, la paz, la armonía y el fervor, por lo que su presencia trae entusiasmo.
Me molesta cuando la gente pide a Dios que aparezca en su tiempo de adoración, como si él fuera tacaño con su tiempo o le molestara compartir su presencia con nosotros. No hay alegría en ese tipo de culto. Pero cuando usted se da cuenta de lo entusiasta que realmente él es con respecto a pasar tiempo con nosotros, podemos disfrutar de su presencia.
Y debido a que el Espíritu Santo está en usted, usted puede vivir con entusiasmo en el trabajo, la casa, y a donde quiera que vaya. ¡El entusiasmo puede convertirse en una parte de todo lo que usted hace!
Muestre a sus hijos y amigos lo entusiasta que usted es con ellos. Y si está casado, sea entusiasta con su cónyuge. Hable de ellos con pasión. Emociónese con el tiempo que comparten juntos. Cuando vea a su cónyuge, salúdelo con entusiasmo… y asegúrese de que el entusiasmo no lo abandone cuando llegue a la habitación. ¡Elija estar emocionado con la persona que se casó!
¡Sea entusiasta… porque usted está facultado para serlo!