Alabemos juntos y a una voz la grandeza del nombre del Señor.
Salmos 34:3 Dios Habla Hoy (DHH)
Si miramos una hormiga con una lupa, parece más grande. La lupa en realidad no hace que la hormiga crezca, pero parece que la hizo crecer. La hormiga llena su vista y se pueden ver todos los detalles.
Si usted magnifica a Dios, es lo mismo. Usted no lo hace más grande por magnificarlo. Pero Él puede empezar a llenar su vista. Usted puede hacer que Él sea la parte más importante de su vida.
Entonces, ¿cómo magnificar a Dios? A través de su enfoque. A lo que usted preste mayor atención, crecerá en su mente.
David quería magnificar a Dios. También compartió cómo hacerlo: “Bendeciré al Señor en todo momento; Su alabanza estará de continuo en mi boca. Mi alma se gloriará en el Señor; lo oirán los mansos y se alegrarán “(Salmo 34: 1-2, NKJV).
Si le da toda su atención a como usted era antes de que diera su vida a Cristo, eso no sirve de nada para enaltecer a Dios en su vida. Si todo en lo que piensa es lo que no puede hacer y en lo que falló en el pasado, usted magnifica a su vieja naturaleza, y hace que reviva su pasado. Usted comenzará a experimentar los mismos viejos hábitos de pensamiento, el mismo pensamiento apestoso, las mismas viejas debilidades, tentaciones y estados de ánimo.
Pero si desea la presencia de Dios para que esta sea GRANDE en su vida, enfóquese en Dios. Magnifíquelo!
Mantenga la boca llena de alabanzas durante el día. Asegúrese de que su corazón y mente están puestos en Dios, y cuando lo hace, usted lo magnifica y lo exalta. Dios se convertirá en la parte más grande de su vida, y usted estará facultado para superar cada obstáculo que se interponga en su camino.