Así que no debemos cansarnos de hacer el bien; porque si no nos desanimamos, a su debido tiempo cosecharemos. Gálatas 6:9 (DHH)
¿Alguna vez se siente fatigado? No estoy hablando de estar cansado. El cansancio es del cuerpo, pero la fatiga es un ataque a la mente. La fatiga amenaza con hacernos rendir o dejar de creer, y puede suceder lenta y sutilmente. Como ropa interior barata, simplemente se nos viene encima.
Pero la fatiga no tiene influencia sobre nosotros, de lo contrario la Biblia no nos enseñaría a oponernos. Las promesas bíblicas en las que creemos son nuestras, pero si perdemos el fuego interior, no lograremos esa cosecha. Si nos rendimos ante la fatiga, simplemente nos moveremos por inercia en nuestros matrimonios, carreras y vidas en general.
Cuando estudiamos la historia de Sansón, la Biblia dice que tenía un increíble don de fuerza. Una vez, cuando el enemigo lo estaba atacando, se sacudió y un poder se apoderó de él. El poder de Dios le permitió hacer cosas que un ejército entero no podía hacer. Una vez mató a 1.000 filisteos solo. En otra ocasión, arrancó las puertas de la ciudad y se las llevó sobre los hombros.
Solía preguntarme por qué Sansón se sacudió. Desde entonces, me he dado cuenta de que hay momentos en la vida en que todos debemos sacudirnos y decir: “¡Despierta! Mantente enfocado. Sigue creyendo. ¡Nada puede detenerme porque puedo hacer todas las cosas a través de Cristo!”
¿Cómo puede usted mantener este fuego de fe ardiendo en su interior? Manteniendo su mente en la Palabra de Dios. Plántela diariamente en su espíritu, viva con la conciencia de que el Espíritu Santo está en usted para que sea su Ayudante y Guía, descanse cuando lo necesite y la fatiga no lo desviará del objetivo.