Y ahora, gloria sea a Dios, que puede hacer muchísimo más de lo que nosotros pedimos o pensamos, gracias a su poder que actúa en nosotros. Efesios 3:20 (DHH)
Vivir una vida increíble y abundante comienza en el interior.
Tendemos a preocuparnos por resolver las cosas externas en nuestras vidas, y queremos que Dios intervenga para ayudarnos. Oramos: “Dios arregla mi cuerpo, mi familia, mi esposo, mi negocio…” Es como si quisiéramos que Él asumiera el control, pero en la mayoría de los casos, los milagros se manifiestan en nuestras vidas desde adentro hacia afuera.
Como dice en los versículos de hoy, Dios trabaja “dentro de nosotros”, profundamente y suavemente. Cuanto más nos involucramos en este trabajo interior, más experimentamos lo sobrenatural (lo milagroso).
Al leer la Palabra de Dios para descubrir la verdad, empezamos a desafiar viejas creencias y a plantar nuevas creencias en nuestros corazones. En la medida en que estas nuevas creencias ganan fuerza, nuestras vidas comienzan a cambiar de adentro hacia afuera.
No estoy diciendo que no podemos orar y pedirle a Dios que intervenga en las situaciones difíciles de nuestras vidas. Es un Dios milagroso y trabajador. Pero también tenemos que estar dispuestos a trabajar para resolver los problemas que tenemos de una manera práctica, pidiéndole su sabiduría para guiarnos. Sin embargo, si queremos avanzar más en el camino de las promesas de Dios en nuestra vida cotidiana, necesitamos darnos cuenta de algo importante.
Muchos de los cambios en nuestras vidas ocurren dentro de nosotros antes de que se manifiesten en nuestro mundo exterior.
Hoy, pídale a Dios que le muestre las creencias en las que necesita trabajar. Luego, al estudiar Sus promesas, pídale que le ayude a reemplazar lo que usted cree con la verdad de Su Palabra.