No estén tristes, porque la alegría del Señor es nuestro refugio. Nehemías 8:10 (DHH)
Como creyentes, se supone que tenemos la alegría del Señor en nosotros, ¡pero no siempre se ve así en el exterior! A veces, si hemos crecido en torno a una religión legalista, vemos a Dios como demasiado serio y a los cristianos “demasiado felices” como falsos. Pero si esa opinión fuera correcta, ¿por qué Dios se molestó en darnos un sentido del humor o un deseo de disfrutar de la vida? Si la vida no fuera para ser disfrutada, ¿por qué Dios no puso a Adán y Eva en el desierto del Edén? ¡Los puso en un jardín lleno de risas, alegría y cosas buenas!
Una vida llena de alegría es el deseo original de Dios para nosotros. ¡Necesitamos asegurarnos de que nuestro sistema de creencias se base en lo que la Palabra de Dios realmente dice!
La verdad es que tenemos la alegría del Señor en nosotros, pero para poder experimentarla a profundidad, una alegría que nunca se apague, necesitamos aprender cómo cultivarla. Necesitamos renovar nuestras mentes para poder pensar, reír, disfrutar y creer, en medio de lo que sea que estemos enfrentando en la vida.
Dios no es una burbuja espiritual robótica en el cielo. Él tiene emociones, usted está hecho a Su imagen y semejanza, ¡así que Él también lo ha diseñado con emociones! ¡Todavía es Su plan que usted tenga gozo y felicidad!
Como creyentes, estamos en la familia de Dios. Jesús habita dentro de nosotros y estamos destinados al cielo, pero Él también quiere que disfrutemos nuestro tiempo aquí en la tierra. ¡Después de todo, Dios diseñó la felicidad y la alegría para que usted la viva profundamente en su caminar diario con Él!