DIOS NO NECESITA SU ALABANZA

Leon FontaineEntregate

Éste es el día en que el Señor ha actuado: ¡estemos hoy contentos y felices! Salmos 118: 24 (DHH) 

No alabamos a Dios porque Él lo necesita. La alabanza lo hace a usted más fuerte. 

Dios nunca entrará por la fuerza en su vida para que usted le dé el primer lugar; usted tiene que hacerlo. La alabanza pone a Dios en primer lugar. Si usted lo alaba en medio del miedo, el dolor y la tristeza, lo está colocando a Él por encima de cualquier dificultad que esté atravesando. Los tiempos tristes no son el único momento para alabarlo. Cuando usted lo alaba en los buenos momentos y le da el crédito por sus bendiciones, ¡usted experimenta aún más alegría! 

La alabanza es también una expresión de fe. El poder de Dios fluye en usted cuando lo alaba y confiesa Sus promesas en su vida. Alabarlo a Él, fortalece su fe y le ayuda a mantenerte sólido como una roca en sus creencias. 

La alabanza tiene que ser una elección consciente. No siempre usted tendrá ganas de alabarlo. El Salmo 118:24 no dice “Me alegraré cuando tenga ganas” o “Podría alegrarme”. Dice “Me alegraré”. La alabanza es una decisión que usted debe tomar, tanto en los tiempos buenos como en los malos. Hebreos 13:15 dice: “ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza”. 

La alabanza es en realidad un sacrificio que hacemos, lo que significa que a veces puede ser difícil. 

Hoy quizás usted prefiera sentir pena por usted mismo que alabarlo. O tal vez usted prefiera irse y disfrutar de la buena temporada en la que se encuentra sin acordarse de Él en lo más mínimo. 

Pase lo que pase, decida alabar a Dios hoy. ¡Es la mejor decisión que usted tomará!