¿Qué más podremos decir? ¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros! Romanos 8:31 (DHH)
A veces pensamos que Dios orquesta las dificultades que encontramos en la vida para enseñarnos algo o para castigarnos por hacer algo mal. Cuando leemos Santiago 1:2, “considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas”, casi suena como si debiéramos recibir la tragedia como si fuera enviada por Dios. Pero, ¿es esto cierto?
Piense de esta manera. Digamos que usted va por un camino, cuando de repente se cae. Tal vez usted no estaba mirando por dónde iba y se tropezó, o tal vez un obstáculo que no pudo evitar fue arrojado en su camino. Sin embargo, usted no cayó porque Dios lo empujó, ¿verdad?
Lo mismo ocurre cuando se trata de “caer en varias pruebas”. No dice: “Tenga por sumo gozo cuando Dios lo agarre por la garganta y lo ponga en medio de una prueba”. Dice que usted cayó en una prueba de alguna manera.
Dios no arroja tragedias ni problemas sobre usted. A veces cuando enfrentamos pruebas, podemos pensar en maneras en las que podríamos haberlas evitado. Otras veces, las pruebas nos toman por sorpresa y no podemos evitarlas. Independientemente de lo que sea, nuestra respuesta debe ser la misma: permanecer en la fe.
Aprenda lo que pueda de las pruebas que enfrente, pero nunca olvide que Dios está de su lado. Él lo está capacitando para superar esta prueba. De hecho, usted puede incluso utilizar esta prueba como un trampolín para pasar a un nuevo nivel.
¡Permanezca en la fe, y como un barco en una tormenta, los vientos que amenazan con hacerlo zozobrar sólo le ayudarán a que usted llegue a su destino dos veces más rápido!