Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan! Mateo 7:11 (DHH)
La religión legalista es muy limitante. Implica que Dios permite que el dolor y la angustia nos castiguen o nos enseñen cosas. Cuando ocurre una tragedia, se nos dice: “Bueno, todo es parte del plan de Dios”. El problema es que comenzamos a ver a Dios como un abusador sádico y vengativo en lugar del amoroso Padre Dios que es.
El versículo de hoy contradice directamente la enseñanza legalista. Dice que si nosotros, como seres humanos imperfectos, sabemos dar buenos regalos a nuestros hijos, ¡cuánto más nuestro amoroso Padre nos dará cosas buenas cuando se las pedimos!
Soy padre de cinco y abuelo, y amo a mis hijos y a mis nietos. Quiero que ellos tengan lo mejor. Yo nunca les causaría daño intencionalmente. No podría ni siquiera imaginar que les dé un resfriado, y mucho menos cáncer, y no soy perfecto. ¡Dios es el padre perfecto!
Si usted descubriera que un padre ha roto una pierna a su hijo para enseñarle algo, usted lo denunciaría por abuso infantil. Sin embargo, esa es la forma en que muchas personas miran a Dios. En el versículo de hoy, Jesús dice que si un padre amoroso terrenal sabe cómo tratar bien a sus hijos, ¿cuánto más Dios? ¡Dios es amor!
¿Usted ha desarrollado una imagen inexacta de Dios? Si es así, es hora de desafiar esas viejas imágenes y reemplazarlas con la verdad. ¡Mientras lee la Biblia, centrándose especialmente en los Evangelios y el Nuevo Testamento, usted descubrirá que tiene un amoroso Padre que solo desea lo mejor para usted!