¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación de los seres humanos, o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás gente? Gálatas 1:10
Hemos estado en un ciclo sobre la alegría, y de cómo nosotros como creyentes podemos sacar esa alegría que está en nosotros al decidir ser alegres y pasar tiempo en la presencia de Dios.
Al mismo tiempo, hay varias cosas que pueden impedirnos experimentar esa alegría, se trata de quiénes somos. Necesitamos desafiar estas creencias.
Por ejemplo, si la aprobación de ciertas personas llega a ser demasiado importante para nosotros, podemos tener problemas para experimentar alegría.
Podría ser su padre, madre, su jefe, un amigo, o alguien que simplemente no puede parecer feliz. El concentrarse demasiado en esa persona infeliz, le traerá miseria.
Cuando predico a una congregación, puedo ver la expresión en las caras de todos. En su mayor parte, las personas se concentran en lo que estoy diciendo. Pero siempre hay al menos una persona que parece poco impresionada, no importa cuánto corazón ponga en la prédica.
Yo podía pasar el servicio entero tratando de sacar a esta persona una sonrisa, y solía intentar hacer eso. El problema fue que me hizo perder el disfrute de lo que estaba haciendo. Finalmente, me di cuenta de que siempre habrá personas a las que no puedo impresionar. ¿Por qué entonces centrarme en ellas?
¿Quién hay en su vida, a quien usted no puede impresionar, no importa lo mucho que lo intente? ¿Su padre? ¿Un amigo con el que usted fue a la escuela? Quite los ojos de ellos. ¡En su lugar mire a Dios por lo que él piensa de usted, porque él lo ama tal como usted es!