Entrad por sus puertas con acción de gracias, y a sus atrios con alabanza. Dadle gracias, bendecid su nombre. Salmos 100:4 (LBLA)
Supongamos que usted tiene dos amigos que siempre piden prestado su automóvil. Uno de ellos siempre se queja. Él le comenta a usted y a todos los demás que escuchan todos los problemas y dificultades que tuvo con su automóvil la última vez que usted se lo prestó. Se queja de que no estaba lavado, las ventanas estaban manchadas y el tanque estaba medio lleno.
Otro amigo también toma prestado su auto, pero siempre se jacta de usted. Él le dice a todos lo buen amigo que usted es y siempre les comenta lo agradecido que está por su ayuda.
¿Cuál de estos dos representa mejor cómo usted está con Dios?
No estoy diciendo que Dios no contestará sus oraciones o que lo ama menos si usted no es agradecido, pero la forma en que usted experimenta su relación con Él será más fuerte si usted es agradecido.
Lo mismo es cierto para cualquier relación. Si todo en lo que puedo pensar es en los defectos de mi esposa y las cosas que ella no puede hacer, no voy a crear intimidad en mi relación con ella. Por otro lado, si pienso y hablo de todas sus maravillosas cualidades todo el tiempo, estoy magnificando lo positivo en lugar de lo negativo. Estoy constantemente recordando por qué la amo tanto y me acerco a ella.
Pensar, hablar y decirle a Dios lo maravilloso que Él es, magnifica todas las razones por las que usted lo ama y lo hace acercarse más a Él.
Entonces … ¿en qué se enfocará usted hoy?