Confía de todo corazón en el Señor y no en tu propia inteligencia. Ten presente al Señor en todo lo que hagas, y él te llevará por el camino recto. Proverbios 3:5-6 (DHH)
En los últimos días, hemos estado hablando de construir una gran cultura familiar. Ahora, si usted no creció con un excelente ejemplo familiar, no se desanime. Nuestro Dios es el Dios de los huérfanos, ya sea que usted haya crecido sin recibir buen ejemplo de sus padres, o si simplemente careció de dirección en algunas áreas.
Tal vez su papá era excelente en finanzas, pero no sabía cómo mostrarle amor. Dios le llenará ese vacío. Tal vez su madre lo amaba muchísimo, pero la preocupación impregnaba su vida. Usted no está destinado a vivir una vida de preocupación. Dios le ayudará con eso.
Dios es el Dios de cada área “sin padre” de su vida, Él está ayudándole a aprender y crecer en Su Palabra, en aquellas áreas de carencia de sus padres. Y si usted es un padre, puede orar por sus hijos y decir: “Padre, gracias porque puedo confiar en que tu traerás a las personas adecuadas al encuentro de mis hijos para enseñarles aquellas cosas que yo no he podido”.
La conclusión es que cada individuo necesita una relación personal con Jesucristo. Esto es crucial. Como familias, debemos enseñarles a nuestros hijos que son responsables de renovar sus propias mentes, no solo para confiar en lo que decimos o en lo que dice su pastor favorito.
Cada uno de nosotros necesita desarrollar una relación personal con nuestro Padre Dios, confiando en la Palabra de Dios y en el Espíritu Santo como nuestro maestro. ¡En la medida en que nos llenemos con la Palabra de Dios, está irá teniendo un efecto profundo en nuestras vidas!