CUANDO OTROS LO JUZGAN

Leon FontaineEntregate

¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu propio ojo, y así podrás ver bien para sacar la astilla que tiene tu hermano en el suyo. Mateo 7:5 (DHH)

Hemos estado en una serie en este devocional sobre el juicio, y cómo está bien juzgar el comportamiento de alguien, pero no su corazón. Hemos hablado sobre tomar la decisión de nunca asumir por qué alguien hizo lo que hizo sin preguntarle al respecto.

¿Pero qué pasa cuando alguien a quien usted ama, constantemente lo juzga?

Ser juzgado por alguien es increíblemente doloroso. Duele que alguien asuma que sabe el por qué usted ha tomado las decisiones que ha tomado, especialmente cuando ellos asumen lo peor.

En el versículo de hoy, Jesús nos alienta a dejar de tratar de solucionar lo de los demás, nosotros no tenemos que tolerar el que otros sigan enviando el mensaje: “Usted está fallando y tengo que solucionar su problema”. Aunque no estoy diciendo que es una mala idea escuchar los consejos de los demás, usted no puede vivir su vida de acuerdo con la opinión de la otra persona.

Los hijos de padres que juzgan repetidamente pueden estar bajo el control del juicio. En un esfuerzo por ganarse el amor y la aceptación que anhelan, pueden vivir sus vidas con un temor constante de ser juzgados y criticados. El problema es que cuando permitimos que alguien nos controle con juicio, básicamente estamos convirtiendo a esa persona en nuestro dios.

Ya sea su cónyuge, un padre, un jefe o un amigo, si usted vive su vida tratando de evitar el juicio de ellos, usted está poniendo lo que ellos piensan sobre usted por encima de lo que piensa su Padre Dios.

Dios lo ama y acepta incondicionalmente. Él dice que usted es la niña de sus ojos, su tesoro precioso y su hijo amado. Cuando usted comete un error, él no lo juzgará ni lo condenará; ¿por qué aceptar ese tipo de tratamiento de alguien más?