La mujer se despidió de Eliseo y se encerró con sus hijos. Entonces empezó a llenar los jarros que ellos le iban llevando. Y cuando todos los jarros estuvieron llenos, le ordenó a uno de ellos: —Tráeme otro jarro más. Pero su hijo le respondió: —No hay más jarros. En ese momento el aceite dejó de correr. 2 Reyes 4:5-6 (DHH)
¿Alguna vez usted ha limitado las bendiciones de Dios para su vida? Ha pensado, “Bueno, esto es probablemente lo mejor que Dios va a hacer por mí”.
Hemos estado discutiendo la historia en 2 Reyes 4 cuando una viuda recibió un milagro que la salvó a ella y a sus dos hijos. El profeta Eliseo le ordenó que juntara todas las vasijas que pudiera, y luego ella comenzó a verter el aceite que tenía en estos recipientes.
Cuando usted mira esta historia, es interesante notar que el aceite solo dejó de fluir cuando se quedaron sin vasijas. ¿Qué hubiera pasado si se hubieran reunido más? En cierto punto, ella y sus hijos decidieron que habían reunido suficiente. En su caso, tenían más de lo que necesitaban para saldar su deuda, pero ¿usted acaso ha limitado las bendiciones de Dios en algún momento de su vida? ¿Ha subestimado su generosidad y provisión?
Quiero alentarlo a que crea en que usted puede lograr más, porque las bendiciones de Dios son ilimitadas. Ya sea para su familia, finanzas, restauración o curación, crea que el favor de Dios está en su vida porque usted está en Cristo.
Usted no puede ganarse este favor. Usted no puede ser lo suficientemente bueno para lograrlo. Muchas veces caemos en ese pensamiento legalista, pero la Biblia no dice que hoy en día, el seguir una lista de leyes nos traiga la bendición de Dios. Eso puede haber sido cierto en el Antiguo Testamento, pero hoy es por la gracia de Dios.
¿Qué sueños ha puesto Dios en su corazón? ¡Tal vez es hora de creer que usted puede lograr más!