No apaguéis el Espíritu; no menospreciéis las profecías. Antes bien, examinadlo todo cuidadosamente, retened lo bueno; absteneos de toda forma de mal.1 Tesalonicenses 5:19-22 (LBLA)
Para escuchar a Dios, muchos esperan un mensaje del cielo, una puerta abierta, una palabra de profecía o algún tipo de signo sobrenatural.
Aunque Él puede elegir hablarnos de estas maneras, Él no se limita a ellas.
No me malinterprete… Valoro mucho las veces que recibí un mensaje de Dios a través de otros. Pero para ser honesto, he experimentado muchas veces que la “Palabra de Dios” de alguien ha estado muy lejos de serlo. Con frecuencia, puedo encontrar tres o cuatro versículos de la Biblia que están directamente en desacuerdo. Permítame ser claro. Dios no se contradice a sí mismo. Como se dice en el versículo de hoy, no sea crédulo. Ponga todo a prueba y guarde solo lo que es bueno.
Aunque Dios nos habla a través de otros, no podemos pasar nuestra vida esperando que un profeta revele nuestro próximo movimiento. Según 1 Corintios 2:9-10, Dios quiere guiarnos por Su Espíritu: Cosas que ojo no vio, ni oido oyo, Ni han entrado al corazon del hombre, son las cosas que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu, (LBLA). Es una diferencia sutil pero monumental. Si solo buscamos la dirección de otros, no estamos mirando a Dios.
¿Está usted buscando la guía del Espíritu Santo, aceptando que a veces habla a través de otros? ¿O está usted buscando principalmente en los demás la guía que solo puede recibir del Espíritu Santo?