Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre. Romanos 6:4 (DHH)
Cuando aceptamos a Cristo como nuestro Señor y Salvador, se nos perdonan todos nuestros errores y pecados del pasado, y al instante recibimos una nueva naturaleza dentro de nosotros: la naturaleza de Dios. Sin embargo, nuestras mentes aún conservan viejos recuerdos, deseos y hábitos, por lo que es crucial que renovemos nuestras mentes en la Palabra de Dios.
Es por eso que la Biblia nos advierte que guardemos nuestros corazones con toda diligencia, de los engaños que provienen de otras personas o de nuestros propios pensamientos. Alimentarnos de la Palabra de Dios revelará si tenemos algún sistema de creencias incorrecto, y dispondrá nuestro corazón con la verdad, ¡ayudándonos a mantenernos firmes en la comprensión de esta salvación que Jesucristo nos ha proporcionado!
Cada persona que camina por el planeta es autónoma, lo que significa que cada uno puede elegir creer lo que quiera. Sin embargo, cada creencia tiene una consecuencia que la acompaña, ¡así que debemos tener cuidado! Jesús dijo: “Según tu fe, sea para ti” (Mateo 9:29). Note que no dijo “fe correcta”. La clave es creer en la verdad. Si usted cree en una mentira, su fe en esa mentira hará que usted se mueva hacia ella.
Al estudiar la Palabra de Dios, usted puede comenzar a experimentar las grandes consecuencias de creer que Dios lo ama, Su Palabra es verdadera y el Señor Jesús le ha proporcionado un camino para que usted tenga comunión con Dios y sea una nueva creación en Cristo. ¡Cuanto más usted crea y medite sobre estas verdades en su corazón, más libre será para vivir la nueva y sorprendente vida que el Señor Jesús le ha proporcionado!