Así que no nos fijemos en las cosas que se ven, sino en las cosas que no se ven. Porque las cosas que se ven son temporales, pero las cosas que no se ven son eternas. 2 Corintios 4:18 (NKJV)
Satanás no quiere que usted sepa quién es usted en Cristo o lo que ha recibido de él. Él quiere que usted piense que necesita ser perfecto para ser aceptado por Dios. También él lo tienta a pecar para poder convencerlo de que usted es un caso sin esperanza, porque al hacerlo sentir así, perpetúa la tentación.
Entender que usted está bien con Dios en Cristo, que como creyente usted tiene la justicia de Jesús, lo califica para recibir sus bendiciones y su provisión sin importar otras cosas, y el saber que usted es perdonado y amado, lo ayuda a superar la tentación.
Jesús tomó la maldición de la ley que acompaña al pecado. Por nosotros mismos, no estamos calificados para lo milagroso o para las promesas de Dios. Aunque cada uno de nosotros va progresando, y Dios está trabajando en nosotros, y nos capacita para crecer y cambiar, no se trata de nuestro comportamiento. Se trata de lo que hizo Cristo. A los ojos de Dios, usted es perfecto. Cuando Dios lo mira, ve el registro perfecto de Jesús.
Todavía necesitamos renovar nuestra mente y controlar nuestro cuerpo porque el pecado trae consecuencias terrenales, pero la habilidad de lograr esto viene del Espíritu Santo en nuestro espíritu. El poder de Dios está en usted. Para vencer la tentación, trabaje en la comprensión de Su gracia y concéntrese en lo que Jesús logró por usted a través de su muerte, resurrección y ascensión.
Enfóquese en lo invisible, en las cosas del Espíritu, porque estas son eternas. Esto lo capacitará para caminar a través de lo que lo tienta, sabiendo que va a salir victorioso.