Tengan cuidado, no sea que se les endurezca el corazón por el vicio, la embriaguez y las preocupaciones (Sobrecarga) de esta vida.
Lucas 21:34 (AMPC)
Si usted se siente estresado, el problema puede no estar en lo que le está sucediendo. El problema puede estar en cómo usted está procesando lo que le está sucediendo.
Piense en esto: una persona puede estar nerviosa antes de hablar en público, pero aun así se levanta y ofrece un gran discurso. Otro puede enfermarse físicamente debido al nerviosismo y tiene que cancelar. Todo se reduce a lo que usted piensa y cree acerca de su situación.
Si bien, el tener demasiadas cosas que hacer definitivamente puede conducir al estrés, el estrés no viene necesariamente de tener demasiado que hacer. Lo que Jesús estaba diciendo realmente en el versículo de hoy es que usted tiene que protegerse contra el temor, las preocupaciones y cuidados de este mundo. Dese cuenta de que el estrés es el resultado de ser invadido por pensamientos de preocupación y ansiedad sobre lo que usted tiene que hacer.
Cuando usted se sienta estresado, tómese un tiempo para evaluar lo que está pensando. ¿Está imaginando lo peor? Es posible que usted ni siquiera se dé cuenta de lo que está haciendo, pero cuando se vuelve consciente de lo que está pensando, usted puede optar por dejar de lado lo negativo y centrarse en las promesas de Dios en su lugar.
Si usted se siente estresado en esta temporada de vacaciones, piense en lo que usted está pensando. Usted tienes la mente de Cristo (1 Corintios 2:16). No se les ha dado un espíritu de temor, sino de poder, amor y autodisciplina (2 Timoteo 1: 7). ¡Usted puede centrarse en lo positivo y caminar en paz!