Por lo tanto, el que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo. 2 Corintios 5:17 (DHH)
En el momento en que usted le pidió a Jesús que entrara en su vida, ocurrió un milagro y usted recibió una nueva naturaleza: la naturaleza de Dios. Su identidad (ya sea que usted esté consciente o no) está ligada al hecho de que ahora usted es un hijo de Dios.
Romanos 6:14 dice que el pecado no tendrá dominio sobre usted porque usted ya no está bajo la ley, sino que está bajo la gracia. Sin embargo, esto no es automático. Usted debe aprender a resistir el pecado que siempre está al asecho.
Usted es una nueva creación y tiene la fuerza y la capacidad de Dios para ayudarle a resistir. Al renovar su mente con la Palabra de Dios (Sus valores, prioridades y provisión), usted es fortalecido y facultado desde su interior. Usted empieza a vencer los malos hábitos, no porque algo haya cambiado externamente en su vida, sino porque usted tiene el poder para cambiar desde adentro hacia afuera.
El hecho triste es que muchas personas piensan que no pueden llegar a Cristo hasta que rompan con sus malos hábitos y vicios. ¡En realidad es al revés! ¡Al aceptar a Cristo como su Salvador, usted está facultado para limpiar su vida! Este nuevo milagro de la creación es lo que le da el poder para cambiar. Luego, mientras usted estudia la Palabra de Dios y el Espíritu Santo le revela la verdad, su cerebro reconectado comienza a tomar decisiones diferentes.
Recuerde que esta naturaleza cambia cuando usted se siente frustrado consigo mismo. Usted es un hijo de Dios, el Espíritu Santo está en usted y lo está capacitando para vencer. Ponga sus ojos en el Señor resucitado, y en usted como una nueva creación que es.