Y a los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó (absolvió, hizo justos, los aceptó). Romanos 8:30 (AMPC)
Como cristianos, ¿estamos simplemente aferrados al hecho de que algún día llegaremos al cielo?
Algunos dirían que en el cielo, tendremos alegría, paz, salud y mansiones para vivir, pero aquí en la tierra sólo necesitamos soportar todo el dolor y los problemas que vienen a nosotros. ¡Pero eso no es lo que la Biblia enseña! Jesús nos enseñó a orar: “Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10).
Sí, vivimos en un mundo caído. ¡No hay duda de que el cielo va a ser impresionante! Pero si somos conscientes de quiénes somos en Cristo y comenzamos a darnos cuenta de cómo podemos funcionar en Su reino, entonces, nosotros podemos caminar esa vida del reino en la tierra. Podemos aprender a vivir de una manera que es emocionante, apasionada y llena de alegría.
Jesús murió por nuestros pecados, pero Él también murió para que nosotros pudiéramos vivir como Él, caminando por este planeta con Su autoridad, pasión, alegría, risa, salud y protección. Para esto es para lo que usted ha sido predestinado, según el versículo de hoy. Esto es para lo que usted ha sido llamado, para que se sienta bien con Dios y se convierta en un miembro de Su familia, con todas las ventajas y beneficios que conlleva.
Cuando usted dio su vida a Jesús, usted se convirtió en una nueva creación en el interior. Ahora sólo siga estudiando la Palabra de Dios para que pueda empujar hacia fuera las malas creencias… ¡y entonces usted comenzará a levantarse en victoria para vivir esta vida del reino!