Cambie sus deseos con facilidad

Leon FontaineEntregate

Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado. Porque el que ha muerto, queda liberado del pecado. Romanos 6:6-7

Ayer hablamos sobre el poder que usted tiene para vencer malos hábitos, tentaciones y adicciones. De acuerdo con 1 Juan 4:17, nosotros los creyentes somos como Jesús en este mundo, lo que significa que podemos superar cualquier cosa que amenace con limitarnos o llevarnos hacia abajo.

También hablamos sobre la clave para caminar en esa libertad: hacer que las creencias contenidas en la Palabra de Dios se establezcan en nuestros corazones.

Digamos que tengo un mal hábito que al parecer no puedo eliminar. Estoy haciendo lo mejor que puedo con la sabiduría y la fuerza de voluntad para detenerlo, y al mismo tiempo, estoy trabajando sobre las creencias de mi corazón. Aquí están algunas escrituras en las que puede meditar:

Romanos 8: 9 dice: “Pero ustedes no viven según la carne sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en ustedes”. Ahora, no solo voy a leer ese versículo; meditaré en él. ¿Qué dice? No estoy en la carne. Estoy en el Espíritu. El Espíritu Santo vive en mí. Me está dando el poder para superar aquello con lo que estoy luchando.

Ahora ¿qué encuentro en los versículos de hoy, Romanos 6:6-7? Dicen que el hombre viejo ha muerto, que la naturaleza del pecado dentro de mí se ha ido. Ya no soy un esclavo; ¡Me he liberado del pecado! ¡Tengo el poder para superar las tentaciones!

Estudie la Palabra de Dios de esta manera y usted comenzará a cambiar las creencias de su corazón. Con el tiempo usted se sorprenderá de cómo cambian sus deseos y deja de desear las cosas que son malas para usted.