Pues es Dios quien nos ha hecho; él nos ha creado en Cristo Jesús para que hagamos buenas obras, siguiendo el camino que él nos había preparado de antemano. Efesios 2:10 (DHH)
Usted no está definido por las cosas negativas que las personas hayan dicho de usted o por los fracasos que haya experimentado en el pasado. Usted es mucho más.
El problema es que muchos de nosotros pasamos la vida permitiendo que estas palabras y experiencias nos limiten y formamos una imagen inexacta de nosotros mismos. Podríamos definirnos a nosotros mismos como el perdedor que cayó en bancarrota o que es demasiado tímido para hacer amigos, o cuando pensamos en nosotros mismos, puede venir a la mente una serie de adjetivos negativos.
Suponemos que este diálogo interno negativo solo nos lastima, pero no es verdad. De hecho, los problemas de identidad siempre dan lugar a la vergüenza, lo que en realidad puede hacer que tratemos mal a los demás.
La vergüenza es una emoción negativa intensa. Se siente tan mal que queremos deshacernos de ella, y en un esfuerzo por hacerlo, a veces inconscientemente, tratamos de alejarla evocando esa vergüenza en los demás. Esto es cierto para muchos niños que participan en el matoneo. Aunque experimentar vergüenza no significa que usted se convierta en un agresor, usted puede reaccionar tratando de hacer que los demás se sientan tan avergonzados como usted.
La buena noticia es que usted puede romper este hábito negativo de diálogo interno haciendo un esfuerzo consciente para pensar en lo que Dios dice sobre usted. En la medida en que usted desarrolle este nuevo hábito, comenzará a basar su imagen y los pensamientos que tiene sobre sí mismo en lo que Dios Padre dice sobre usted, lo que lo conducirá a tener una autoimagen más positiva.
¡Elija la gracia y el perdón sobre la vergüenza y usted se deshará de cada imagen interna que lo esté limitando!