Pero el que recibió la semilla que cayó en buen terreno es el que oye la palabra y la entiende. Este sí produce una cosecha al treinta, al sesenta y hasta el ciento por uno.
Mateo 13:23
En el reino físico, si su músculo cardíaco está comprometido, usted tendrá problemas para subir una montaña o correr una maratón. Lo mismo sucede en el reino espiritual. Usted necesita un corazón sano, o lleno de creencias saludables, para alcanzar el destino que Dios tiene para usted.
La buena noticia es que usted está en control de las creencias que se plantan en su corazón.
Piense en su corazón como algo similar a la tierra, crece lo que usted siembra en ella. La tierra no puede diferenciar entre un árbol frutal y la maleza. Ambos crecerán. Del mismo modo, en su corazón crecerá lo que usted plante. Plantar negatividad y pesimismo produce un tipo de cultivo, mientras que el optimismo y la Palabra de Dios producen otro.
Por ejemplo, la Palabra de Dios dice que usted como creyente tiene la mente de Cristo (1 Corintios 2:16). Esto significa que usted es una persona grandiosa, poderosa y valiente que puede superar los mayores desafíos que este mundo tiene para ofrecer. Cuanto más usted aprenda verdades como esta sobre su verdadera identidad en Cristo, menos creerá las mentiras antiguas que se lo impiden. Usted comenzará a entender que Dios quiere que usted experimente una vida llena de risa y alegría donde se cumplan todos sus sueños y metas.
Si bien es bueno establecer metas, hacer resoluciones y perseguir una vida de excelencia, recuerde cambiar de adentro hacia afuera. Comience con su corazón. ¡Tome tiempo todos los días para meditar en las promesas de Dios, y cada año, de usted saldrá más de ese increíble potencial que Dios ha colocado dentro de usted!