Y se dijeron el uno al otro:—¿No es verdad que el corazón nos ardía en el pecho cuando nos venía hablando por el camino y nos explicaba las Escrituras? Lucas 24:32 (DHH)
Cuando yo era joven, alguien me dio un mensaje que hablaba sobre lo que Satanás vio en el día de Pentecostés. Hasta ese momento de mi vida, todavía no había estudiado con profundidad sobre el Espíritu Santo, pero Dios usó este mensaje para encender una pasión en mí.
Busqué más conocimiento sobre el Espíritu Santo y comencé a orar en el Espíritu y meditar diariamente en Su Palabra. Al mismo tiempo, comencé a presenciar más milagros mientras oraba por las personas. Cuando trabajaba en el rescate de emergencia, observé cómo se movían los huesos rotos, ocurrían milagros en la mesa de operaciones e incluso los muertos volvían a la vida. Me habían mostrado el poder del Espíritu Santo que opera en el mundo real.
Mi discurso incluso cambió; cuando hablaba de mi fe, las palabras parecían salir directamente de mi espíritu. Recuerdo haber hablado con un hombre duro durante el almuerzo. A él lo tocó algo más que mi elocuente hablar y yo lo sabía. Con grandes lágrimas fluyendo, él dio su vida a Cristo. Era el Espíritu de Dios en acción. Esto ha sucedido varias veces con personas aparentemente imposibles.
El Espíritu Santo también puede encender esta misma pasión en su corazón… y Él puede ayudarlo a que usted obtenga los mismos resultados. Sea apasionado por la Palabra de Dios y deje que el Espíritu Santo encienda el fuego en usted.
Crezca con él. Sea empoderado ¡Luego, salga e impacte radicalmente su mundo!