Lo que quiero es conocer a Cristo, sentir en mí el poder de su resurrección y la solidaridad en sus sufrimientos; haciéndome semejante a él en su muerte, espero llegar a la resurrección de los muertos. Filipenses 3:10–11 (DHH)
Hay un elemento de sacrificio para cumplir los propósitos que Dios tiene para su vida.
Puede ser difícil enfocarse en lo que Dios quiere que usted haga, especialmente cuando sus necesidades están pidiendo atención. Ese es el sacrificio del que estoy hablando, y es de lo que Pablo habla en nuestro versículo de hoy. Usted y yo debemos compartir la muerte de Jesús poniendo nuestro enfoque personal en la muerte.
No es que Dios quiera que usted sufra. Puede parecer más doloroso a corto plazo, pensar en los demás, en lugar de pensar únicamente en lo que usted necesita. Pero Dios sabe que, si usted solo se mantiene enfocado en sí mismo, su matrimonio, su familia y su carrera, esto le traerá un dolor mayor a largo plazo. ¡Usted nunca se arrepentirá de poner a Dios primero, porque de todos modos esa es la mejor manera de satisfacer sus necesidades!
Si usted realmente quiere conocer a Jesús, debe comprender tanto Sus sufrimientos como Su poder. Usted no puede simplemente estar interesado en ser bendecido; necesita entender realmente lo que Jesús más valoraba: a las personas. Jesús quiere que usted viva una vida llena de bendiciones y diversión… pero asegúrese de que su corazón permanezca tan blando que usted no pueda ignorar el sufrimiento de los demás.
Ame la vida y viva en grande, esa es una forma de atraer a otros a este tipo de vida, pero no se olvide de mirar a su alrededor y llevar a todos los que pueda con usted. Recuerde también que usted no lo logrará sin pasar tiempo con Dios. Con Él, no se puede decir cuántas vidas serán transformadas.