Ya lo ves: Su fe y sus acciones actuaban conjuntamente, y su fe llegó a la perfección por las obras que hizo. Santiago 2:22
En los últimos días, hemos estado hablando sobre cómo desarrollar una autoestima sana basada en la Biblia. Este proceso comienza con confesar las promesas de Dios y meditar en ellas. A medida que lo hacemos, la verdad de quiénes somos en Cristo comienza a sumergirse y se arraiga en nuestros corazones, y comenzamos a creer lo que Dios dice acerca de nosotros en lugar de las cosas negativas que nuestros padres, maestros, entrenadores, jefes o compañeros podrían haber dicho.
Reclamar y meditar en la Palabra de Dios es fundamental, pero no podemos detenernos allí. Hay un paso más que es vital cuando se trata de desarrollar un sano respeto y el amor por nosotros mismos. Tenemos que empezar a actuar de manera diferente.
La fe sin obras está muerta. En otras palabras, si queremos un cambio, necesitamos estar dispuestos a hacer cosas nuevas. Es genial comenzar a creer de manera diferente porque las nuevas creencias impulsan una nueva acción, pero todavía necesitamos tomar ese salto de fe y comenzar a actuar de manera diferente si queremos ver el cambio.
Cuando se trata de desarrollar una gran autoestima, necesitamos cambiar la manera en que nos tratamos a nosotros mismos y cómo permitimos que otros nos traten. Comience a tratarse a usted mismo con más respeto. Cuide su cuerpo haciendo ejercicio y comiendo bien. No coloque sus necesidades en la parte inferior de la lista y tome medidas para establecer límites saludables en sus relaciones.
Estos cambios pueden tomar tiempo. Establecer nuevos hábitos requiere perseverancia, ¡pero usted puede hacerlo! Pronto usted comenzará a experimentar lo que es verdaderamente amarse a sí mismo, que también le dará poder para amar a los demás, a la manera de Dios.