Cristo nos rescató de la maldición de la ley haciéndose maldición por causa nuestra, porque la Escritura dice: «Maldito todo el que muere colgado de un madero.» Gálatas 3:13 (DHH)
La fe cristiana se enfrenta al rechazo, pero a veces es porque hemos desarrollado doctrinas religiosas ridículas y no bíblicas.
Por ejemplo, muchas veces, como creyentes, caemos en la mentira de que todo lo que podemos hacer es lanzar repetidamente las mismas oraciones infructuosas al techo, esperando que Dios tome una decisión. Este enfoque a menudo parece más fácil; no nos exige que apliquemos fe, sino que responsabilizamos a Dios por el resultado. Sin embargo, no es bíblicamente exacto, y no es así como oraba la iglesia primitiva, porque es completamente contradictorio creer en un Dios amoroso que se niega a responder nuestras súplicas desesperadas. ¡Esta doctrina inexacta aleja a muchos de seguir a Cristo!
A veces, en momentos de dificultad, se nos dice: “Dios debe tener una razón”, “No siempre es la voluntad de Dios sanar” o “Dios usa el dolor y la enfermedad para enseñarnos cosas”. Simplemente no encuentro respaldo para esto en la biblia. De hecho, estas son mentiras del diablo. Creo que el enemigo usa doctrinas como esta para mantener a las personas en cautiverio.
Es hora de que desafiemos las doctrinas inexactas que nos mantienen débiles e impotentes en nuestro camino cristiano, y en lugar de eso, busquemos doctrinas bíblicamente precisas que planten la verdad de la Palabra de Dios en nuestros corazones.
La Biblia dice que servimos a un Dios de milagros que cumple cada una de sus promesas. Él es nuestro sanador, protector, redentor y libertador. Servimos a un Dios cuyo amor pagó el precio completo por nosotros. ¡Nuestro Dios es un Dios de resultados y Él está para nosotros!