AHOGUE ESAS MENTIRAS

Leon FontaineEntregate

pues en él se cumplen todas las promesas de Dios. Por esto, cuando alabamos a Dios, decimos «Amén» por medio de Cristo Jesús. 2 Corintios 1:20 (DHH)

Hemos aprendido en este devocional a reclamar y declarar las promesas de Dios, y luego estudiarlas y meditar en ellas. Cuando lo hacemos, la Palabra de Dios comienza a penetrar en nuestros corazones donde puede producir resultados. El problema es que a veces detenemos el proceso antes de obtener algún resultado porque creemos que nada está sucediendo.

Las cosas rara vez ocurren al instante. No es como si usted se pudiera conectar un cable en la parte posterior de su cuello cada vez que quiere descargar una nueva verdad. Cambiar sus creencias requiere trabajo. Pero sucede cuando usted estudia la Palabra línea por línea, principio tras principio, precepto tras precepto, un poco de aquí, un poco de allí, usted cambia sus creencias a través de escuchar la Palabra de Dios repetidamente. Es como plantar semillas.

No se puede sembrar un gran jardín en un día, olvidarse de él, y luego esperar obtener una gran cosecha. Este tiene que ser regado y desyerbado. Esto puede tomar un tiempo, pero si usted sigue cuidando lo que ha plantado, comenzará a ver la recompensa por su arduo trabajo.

Proteja la verdad que usted haya plantado en su corazón al filtrar lo que mira, escucha y dice. Intencionalmente permanezca consciente de la presencia de Dios. Siga aprendiendo más acerca de Sus promesas y reclámelas para usted porque, como dice el versículo de hoy, todas son suyas en Cristo. La traducción de la versión la VOZ lo expresa de esta manera: “En Jesús escuchamos un rotundo “si” a todas las muchas promesas de Dios”.

Recuerde, cuanto más la verdad que está plantando en su corazón comience a sofocar todas las mentiras e incredulidades, más comenzará usted a experimentar esas promesas en su vida.