Cualquiera que reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, vive en Dios y Dios en él. Así hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor, y el que vive en el amor, vive en Dios y Dios en él. 1 Juan 4:15-16 (DHH)
Usted fue creado para ser amado por Dios.
Si usted tiene una mascota, ese amor no reemplaza el amor de un ser humano. Dios nos ha dado esta hermosa habilidad para disfrutar del mundo, incluidos los animales, y no hay nada de malo en eso. Sin embargo, usted todavía anhelará a alguien con quien hablar y compartir sus esperanzas y sus sueños. Y así como el amor de un animal no puede reemplazar el amor de una persona, nada más puede satisfacer su necesidad del amor de Dios en su vida.
Cuando no estamos conscientes o no confiamos en el amor de Dios, tendemos a lastimar a las personas que amamos porque no nos dan lo que creemos que necesitamos. Anhelamos recibir un amor que ellos no pueden proporcionar.
Si usted no siente una conexión con el amor de Dios, trabajar para remediarlo debe ser su principal prioridad. No se trata de trabajar para ganarse su amor. ¡Ese amor ya le ha sido dado, pero Él está esperando que usted lo crea y lo reciba! Él necesita su respuesta; Dios nunca lo obliga a hacer cosas. Cuando usted hace esta elección, el conocimiento de Su amor llega a su vida, un conocimiento que crece en la medida en que usted estudia Su Palabra y pasa tiempo en Su presencia.
Pase un momento de tranquilidad con Él, pidiéndole que le ayude a ser más consciente de este flujo interminable de amor que se derrama sobre usted todos los días, y de esta manera ¡usted también se encontrará derramando este amor sobre los demás!