Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros. Y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Isaías 9:6
Cuando el profeta Isaías en el Antiguo Testamento vislumbró al Salvador que vendría, se refirió a él como el “Príncipe de la Paz”. Isaías sabía que este Salvador haría mucho más que solo hacerlo sentir mejor internamente. Había visto lo que Jesús traería a este planeta.
Jesús traería paz shalom, el potencial para la totalidad completa.
Una relación con Jesús trae paz porque hace que la presencia de Dios esté viva dentro de usted. No es necesariamente algo que usted siente de inmediato, aunque algunos dicen que al instante experimentaron una sensación de paz cuando dieron su vida a Cristo. Independientemente de las emociones experimentadas, algo tuvo lugar dentro de usted cuando tomó esta decisión. Al instante, el completo amor y la aceptación de Dios se volvieron suyas, y usted empezó a ser cambiado en su interior.
En la medida en que usted se acerque a Jesús y lo conozca, con el tiempo esta paz crece, junto con el conocimiento de que usted es totalmente amado y aceptado tal como es.
Cuando Jesús murió, lo hizo para que usted pudiera vivir con él para siempre en el cielo. Pero también murió para darle total integridad en esta vida, incluyendo su maravillosa y fenomenal paz. Sea lo que sea que usted esté enfrentando en esta temporada navideña, usted puede tener paz… y Jesús es la fuente de esa paz.
Pase tiempo conociendo a Cristo en esta Navidad leyendo la Biblia y escuchando grandes enseñanzas bíblicas. Con el tiempo, usted descubrirá la paz que se hace posible cuando usted entrega su vida a Cristo, la paz de él dentro de usted.