Por último, hermanos, consideren bien todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, todo lo que sea excelente o merezca elogio.
Filipenses 4: 8 (NKJV)
En los últimos días hemos estado hablando sobre los procesos relacionados con el creer, y una de las claves dentro de ese proceso es la gratitud.
Filipenses 4:6-7 resume este principio. Dice, “Regocíjese en el Señor siempre” y nos anima a presentar nuestras peticiones a Dios, con acción de gracias. A continuación, “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará [nuestros] corazones y nuestros pensamientos en Cristo Jesús” (NKJV).
Cuando se levanta por la mañana, usted tiene una opción. Puede enfocarse en todas las cosas negativas que tiene que hacer en el día. O puede elegir alegrarse, pedir ayuda a Dios, confiar en que Él va a venir en su ayuda… y abrirse a su paz.
Esta enseñanza sobre la gratitud es seguida de cerca por el versículo 8, que nos enseña en que pensar en lugar de enfocarse en lo negativo. Cuando usted está herido podría pensar, “¡tengo derecho a estar molesto!” Eso puede ser cierto, pero este principio sigue siendo válido. Usted no tendrá paz si no elige enfocarse en las cosas buenas de la vida.
¿En qué elige enfocarse? Incluso cuando usted está pensando en usted mismo, asegúrese de que sus pensamientos pasen la prueba de Filipenses 4:8. Piense cosas buenas de usted mismo, porque nadie es perfecto. Además, enfóquese en la bondad de Dios y todas las veces que ha venido a ayudarle. Enfóquese en sus promesas, crea que son suyas y abunde en acción de gracias (Colosenses 2: 7); ¡usted recogerá su cosecha!