En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados.
1 Juan 4:10 (NVI)
Crecí en una pequeña ciudad en las praderas. Si usted visita esa zona en la primavera, se puede mirar los campos de tierra negra listos para ser plantados tan lejos como el ojo puede ver. También puede ver los graneros que guardan la semilla para plantar.
Si usted la visita a finales del verano, las cosas se ven muy diferentes. Los graneros están vacíos, y en vez de tierra negra, se puede ver grano maduro ondeando en el viento. Pero antes de que los agricultores puedan incluso pensar en recoger la cosecha, tuvieron que hacer el trabajo de sembrar la semilla en la tierra.
Usted es muy parecido a los agricultores. Es el propietario de la semilla (la Palabra de Dios) y la tierra (su corazón). A medida que la Palabra de Dios entra en su corazón, crecen cultivos de amor. Usted comienza a experimentar el amor de Dios y a amar a otros como nunca imaginó que fuera posible.
La verdad es que el potencial de experimentar el amor de esta manera ya está en usted. Cuando usted ha nacido espiritualmente, usted gana la naturaleza de Dios. Cristo está en usted; Por lo tanto, no hay límite en su potencial de amor! Sólo tiene que convertir ese potencial en realidad.
Siga plantando semillas de amor. A medida que lea la Biblia, descubre el amor que Dios tiene para usted, es increíble lo que sucede. Primera de Juan 4:11 dice que Su amor puede hacer que usted ame a los demás. A continuación se va a explicar lo que sucede: “Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se ha perfeccionado en nosotros” (v 12, NVI.).
El amor de Dios se ha perfeccionado cuando usted experimenta su amor. Deje que este amor lo impulse a amar a los demás.