Pero ustedes no viven en la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en ustedes.
Romanos 8: 9 (NKJV)
En los últimos días hemos hablado de unos cuatro espejos falsos de los que dependemos para decirnos quienes somos. A menudo consideramos a nuestros recuerdos, las opiniones de otros, nuestro desempeño o la enseñanza religiosa legalista para determinar lo que somos, pero estas fuentes no son confiables. Estos espejos nos mienten, porque nos dan una falsa percepción de nosotros mismos, que nos limitan.
Por ejemplo, si su espejo se basa en las opiniones de otros, usted se centrará en todas las cosas negativas que la gente ha dicho alguna vez de usted. Muy pronto usted comenzará a vivir esta creencia acerca de lo que usted es. Es como tener fe en lo negativo.
Si todo lo que usted hace es mirarse en los espejos inexactos, a pesar de que se haya convertido en una nueva creación en Cristo, usted vivirá una vida que representa su antigua naturaleza. Usted tendrá que mirarse en el espejo verdadero, que es la Biblia, y si lo hace, esto tiene un poderoso efecto en usted. Usted va a comenzar a adoptar los hábitos y comportamientos que ve en ese espejo!
No deje que su pasado lo defina. Deje de mirar a sus amigos y compañeros de trabajo. Deje de mirar sus logros y su educación religiosa. Mírese en el espejo correcto que es la palabra de Dios, y obtendrá el poder para hacer frente a los malos hábitos y pensamiento apestosos.
En los próximos días vamos a hablar de algunas cosas específicas que se deben buscar cuando usted se mira en el espejo de la Palabra de Dios. En la medida que usted se siga mirando en el espejo correcto, empezará a convertirse en lo que ve, no en su propio poder, sino en el poder de Dios!