El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Lucas 21:33 (NVI)
En los últimos días hemos estado discutiendo sobre los espejos que buscamos para tratar de determinar lo que somos. En vez de mirar la Palabra de Dios que nos define, dejamos que los recuerdos, las opiniones de otros o nuestro desempeño determinen lo que pensamos de nosotros mismos.
Otro falso espejo en el que nos miramos es el de la enseñanza religiosa.
La enseñanza cristiana legalista no se basa en la Biblia. Por ejemplo, tal vez se le enseñó que para ser humilde es necesario pensar de sí mismo de manera pobre. Es posible que haya recogido la creencia de que para agradar a Dios es necesario sufrir. O tal vez usted aprendió que Dios está enojado con usted cuando falla.
El problema de estas creencias es que nos dan una imagen inexacta de quién es Dios y quiénes somos. Nos hacen sentir que somos un fracaso sin esperanza, cuando eso no podría estar más lejos de la verdad.
Es muy importante que usted se vea a sí mismo en el espejo correcto, porque usted va a vivir de la imagen que mantenga de sí mismo. De hecho, lo más importante que puede hacer es averiguar la verdad y luego creerla.
De acuerdo con nuestro versículo de hoy, la única fuente de la verdad con la que usted puede contar es la Palabra de Dios. No quite la vista de ese espejo! Usted tendrá que seguir buscando la verdad de su Palabra de manera regular. Sólo eso puede ayudarle a lograr el tipo de vida que quiere vivir.