For I determined not to know anything among you except Jesus Christ and Him crucified.
1 Corinthians 2:2 (NKJV)
A medida que lee la Biblia, es vital que entienda que todo debe ser filtrado través de la obra realizada por Jesús en la cruz.
Pablo escribió sobre la importancia de Jesucristo en 1 Corintios 2:2. Él escribió, “Pues decidí no saber de nada más entre ustedes excepto de Jesucristo y de Él crucificado” (La Biblia, Nueva Versión del Rey Jacobo).
¿De qué estaba hablando Pablo? Él no estaba diciendo que solo enseñaba a la gente sobre la crucifixión de Jesús. Lo que quería decir era que todo lo que él enseñaba tenía que pasar a través de la verdad de lo que Jesús logró para nosotros. En otras palabras, cada principio del Antiguo Testamento tiene que ser filtrado a través del hecho de que como creyentes, ahora estamos bien con Dios en Cristo. Si hemos aceptado a Cristo, tenemos Su naturaleza. Como es Él, así somos nosotros en este mundo (1 Juan 4:17).
Algunos cristianos creen que la maldición mencionada en el Deuteronomio 28:15-68, sigue vigente para nosotros. Ellos creen que vivimos las consecuencias negativas mencionadas en estos versículos si no somos perfectos siguiendo las reglas de Dios.
A primera vista, este tipo de enseñanza puede parecer correcta, sin embargo, nosotros no vivimos en los tiempos del Antiguo Testamento. Jesus asumió nuestra maldición (Gálatas 3:13). Como creyentes, ya no tenemos la naturaleza del pecado dentro de nosotros, por eso esa maldición ya no existe para nosotros. Tenemos la naturaleza de Dios y somos parte de Su familia.
Cuando lea versículos como los del Deuteronomio 28:15, el cual habla de la maldición que recibe por la desobediencia, no olvide filtrarlos a través de la realidad de lo que Jesús ha hecho. Pregúntese, “¿Todavía hoy es esto cierto para mí, considerando lo que Jesús hizo por mí?