For God did not send His Son into the world to condemn the world, but that the world through Him might be saved.
John 3:17 (NKJV)
La obra realizada por Jesús en la cruz nos trajo paz.
Cuando Jesús nació, los ángeles cantaron sorbe la paz en la tierra y la buena voluntad hacía los hombres (Lucas 2:14). Ellos no agregaron, “Si cumple mi ley”. Jesús vino a restaurar la relación entre Dios y la humanidad entonces, cuando acepta a Cristo, está en paz con Dios.
Bajo el antiguo pacto, la gente no podría conocer esta paz que sobrepasa todo entendimiento. Ellos estarían siempre preguntándose si serían lo suficientemente buenos para Dios. Pero ahora, cuando aceptamos a Cristo, nada se interpone entre Dios y nosotros.
Sin embargo, solo porque usted tenga acceso a esta paz no significa que usted la está experimentando.
Si continúa preguntándose por cuál de sus fallas Dios le va a hacer pagar, no sentirá la paz que existe entre Dios y usted. Siempre estará estresado.
Colosenses 3:15 dice, “Y dejen que la paz de Dios reine en sus corazones, para lo cual también fueron llamados en un solo cuerpo; y sean agradecidos” (La Biblia, Nueva Versión de Rey Jacobo). En otras palabras, usted necesita dejar que esta paz domine su pensamiento. Usted puede hacerlo recordando que Jesús no vino a condenar o a juzgar al mundo, sino que el mundo a través de Él sería restaurado en una relación con un Dios Padre que le ama.
Dios le ama mucho, y Su prioridad es una relación con usted. Él quiere que usted experimente Su amor y paz –no solo conocer de ello sino experimentarlo. De hecho, la paz con Él es eso por lo que Jesús murió para dársela a usted.