Timoteo, cuida bien lo que se te ha confiado. No escuches palabrerías mundanas y vacías, ni los argumentos que opone el falsamente llamado conocimiento de la verdad; pues algunos que profesan esa clase de conocimiento, se han desviado de la fe. Que el Señor derrame su gracia sobre ustedes.
1 Timoteo 6:20-21 (DHH)
¿Alguna vez escucha las cosas que amenazan con sacarlo del camino del llamado de Dios en su vida? Ha oído decir: “Oh, usted está trabajando demasiado duro. Debería detenerse. “O,” Todo el mundo lo está haciendo. ¿Cual es el problema?”
Siempre tendremos el parloteo rodeándonos, que amenaza con desilusionarnos de los dones que nos han dado y la llamada de Dios en nuestras vidas. Por eso Pablo sentía que era crucial decirle a Timoteo en los últimos capítulos de su carta que ignorarara los llamados expertos.
La gente le dirá que juego a lo seguro; le dirán lo que debe y no debe hacer, y la razón por la cual lo que está haciendo no funcionará. La realidad es que usted sigue a Dios, no a las personas. No deje que sus palabras cambien su curso. ¡Y si Dios está en eso, eso funcionará!
Sus críticos incluso pueden tener buenas intenciones, pero usted tiene que decidir a quién está siguiendo. ¿Ha estado orando por la dirección en que va? ¿Siente en su instinto que está en el camino correcto? ¿Ha hablado con otros que tienen las mismas creencias y viven por la misma causa? ¿Qué es lo que dicen acerca de lo que está pensando?
O ¿usted está escuchando gente temerosa que nunca ha tomado una oportunidad?
No haga caso a la gente que le aparta de lo que se le ha encomendado. Haga a un lado el parloteo, ya que depende de usted hacer algo con los dones que le han dado. Usted ha sido llamado a servir a Dios en una manera impresionante, y Él te da el poder para hacerlo.