Siempre les he enseñado que así se debe trabajar y ayudar a los que están en necesidad, recordando aquellas palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir.”» Hechos 20:35 (DHH)
Si usted ha dado su vida a Cristo, usted tiene la capacidad de experimentar una alegría inefable y llena de gloria (1 Pedro 1:8-9). Usted puede sacar del Espíritu de Dios en usted para caminar con alegría por la vida.
Piense en ello como llenar una jarra de agua. Al tener alegría, sacamos de un pozo sin fondo la alegría que está en nosotros por el Espíritu Santo. Sin embargo, si no nos damos cuenta de lo que podría estar interfiriendo con esa alegría, es como tratar de llenar una jarra con un gran agujero en la parte inferior.
En los últimos días hemos cubierto algunas de las cosas que nos impiden caminar en esa alegría: el cansarnos, olvidarnos de recargar nuestras baterías, estar demasiado preocupados por impresionar a otros, sentirnos indignos o fracasados y no tener control sobre el pecado. Otra es el egoísmo.
Estamos bombardeados con mensajes que tratan de decirnos cómo ser felices. Obtener más cosas, divertirse más, perder peso, viajar más, conseguir una casa más grande, pero estas son promesas vacías. La verdad es que esto solo lo hace pensar más en usted mismo, en lo que usted necesita y quiere, y en realidad le roba la alegría.
A todos se nos tiene que recordar que debemos descubrir la alegría de vivir más allá de nosotros mismos. ¡Ahí es donde el mayor sentido de la aventura y satisfacción provienen de la vida!
¿Usted necesita más alegría en su vida? ¡Transmita un poco de alegría cada día! ¡Sonría, ayude, aprecie y aliente a los que conoce cada día y se sorprenderá de la alegría que sentirá fluyendo y bendiciéndolo!