Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros.» Mateo 11:30 (DHH)
¿Usted se ha preguntado alguna vez lo que Jesús quiso decir con el versículo de hoy? Por un lado, nos dice que vamos a tener problemas en este mundo (Juan 16:33), pero luego parece estar diciendo que las cosas deben ser fáciles y ligeras si estamos unidos a él. ¿Cómo pueden ambas cosas ser verdad?
Debido a la confusión entre estas dos enseñanzas, algunas personas piensan que si tienen un problema, deben estar haciendo algo mal o no deben tener suficiente fe. Otros tienen la idea opuesta. En lugar de pensar que la vida de un cristiano debe estar libre de problemas, piensan que servir a Dios requiere que usted renuncie a todo lo que disfruta.
Ambos extremos son inexactos.
Por supuesto, todavía vamos a pasar por momentos difíciles en la vida y tenemos que renunciar a nuestros deseos egoístas, pero servir a Jesús no es una sentencia de prisión. Él vino para que nosotros pudiéramos “tener vida y tenerla en abundancia (hasta el máximo, hasta que se desborde)” (Juan 10:10, AMPC).
Al mismo tiempo, cuando Jesús dijo que su yugo es fácil y su carga ligera, no estaba diciendo que al servirle nuestra vida estaría libre de problemas. La vida aun lanzará una buena cantidad de bolas curvas en nuestro camino. No estamos exentos del dolor de perder a nuestros seres queridos, del trabajo duro que implica hacer que las relaciones funcionen o de la angustia que resulta cuando las personas que nos rodean toman malas decisiones.
La verdad es que seguiremos afrontando problemas en este mundo… pero cuando los enfrentamos con Jesús, nosotros VENCEMOS en su fuerza, con su poder, confiando en sus promesas y accediendo a su paz.