El Comportamiento no lo es Todo

Leon FontaineEntregate

Hermanos, no hablen mal unos de otros. El que habla mal de su hermano, o lo juzga, habla mal de la ley y la juzga. Y si juzgas a la ley, te haces juez de ella en vez de obedecerla. Solamente hay uno que ha dado la ley y al mismo tiempo es Juez, y es aquel que puede salvar o condenar; tú, en cambio, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo? Santiago 4:11-12 (DHH) 

¿La vida cristiana se trata de tener un comportamiento recto?

Digamos que un día el marido le anuncia a su mujer que quiere el divorcio. La mujer logra convencerlo para trabajar en su matrimonio por un período de dos meses. A pesar de que él no quiere, cambia algunos comportamientos para apaciguarla. Él hace el desayuno de ella cada mañana, pero se siente molesto por tener que hacerlo. Él llama cuando va a llegar tarde para la cena, e incluso dice, “Te ves bien”, cuando ella va a salir una noche… pero sus ojos permanecen pegados al gran juego en la televisión.

A pesar de que es muy bueno que el comportamiento del hombre ha mejorado un poco, él aún está lejos de la reconciliación. El comportamiento no lo es todo.

Con demasiada frecuencia hacemos del cambio en nuestro comportamiento el foco principal en nuestra relación con Dios. Es cierto que Dios quiere que alineemos nuestro comportamiento con lo que enseña en su Palabra y nos da el poder para hacerlo. Sin embargo, cuando nos centramos sólo en nuestro comportamiento, nos volvemos legalistas. Empezamos a pensar que nuestro buen comportamiento nos hace ganar más el favor de Dios. También nos volvemos crítico de los demás cuyos comportamientos no están en línea con el nivel que creemos que es el apropiado.

Hay que centrarse menos en el comportamiento y más en el hecho de que la única razón para que cualquiera de nosotros esté bien con Dios es gracias a Cristo.

Usted está bien con Dios, y tiene su poder dentro de usted para cambiar. Mantenga esto como su enfoque, y permanecerá humilde, gentil, amoroso e indulgente con los demás.