Y no nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos. Gálatas 6:9 (LBLA)
Cuando usted piensa en motivación, podría evocar la imagen de un motivador saltando por todo el escenario o una persona risueña que se niega a mirar los problemas. En realidad, la motivación no es una expresión externa o un sentimiento emocional; es algo más profundo. Con frecuencia, la motivación simplemente se muestra como una determinación serena. Se niega a rendirse.
La motivación interna es una elección diaria. Por otro lado, hay varias cosas que pueden matar la motivación de forma rápida. Ayer cubrimos dos y hoy discutiremos dos más:
- Una actitud mental negativa
No se permita soñar despierto con los “qué pasaría si”. Si usted pasa el día imaginando el peor de los casos, no mantendrá la motivación. Proteja su actitud mental positiva. Gaste energía en cosas que son importantes y no deje que su mente lo lleve a experimentar sueños negativos.
- Dependencia excesiva de factores externos
Usted no puede dejar que su motivación dependa de otros. Algunos dependen de que su cónyuge esté animado todo el tiempo. Si su cónyuge no es feliz, tampoco pueden ser felices. Entiendo que las emociones de quienes nos rodean pueden afectarnos; sin embargo, Dios es nuestra fuente, no las personas. Tampoco podemos depender de las circunstancias, el dinero o el éxito para que sean nuestros motivadores en la vida.
Manténgase en la fe. No deje que otros lo desalienten. No permita que su situación determine su motivación. Crea que Dios está con usted y derribe las barreras hasta que alcance el éxito.