Pero tiene que pedir con fe, sin dudar nada; porque el que duda es como una ola del mar, que el viento lleva de un lado a otro. Quien es así, no crea que va a recibir nada del Señor, Santiago 1:6-7 (DHH)
Hasta que usted no esté absolutamente convencido de que algo es la voluntad de Dios, no es posible tener fe. Cuando usted no está seguro, se mueve entre dos opiniones y no recibe nada (Santiago 1:7). La fe solo puede existir donde se conoce la voluntad absoluta de Dios.
Pero, ¿cómo puede usted saber con seguridad la voluntad de Dios?
Moisés sabía que era la voluntad de Dios liberar a su pueblo de la esclavitud cuando escuchó a Dios hablar desde una zarza ardiente. David sabía qué hacer como rey de Israel porque tenía acceso a los profetas que escuchaban la voz de Dios. Abraham descubrió la voluntad de Dios al escuchar a los ángeles y también lo hizo María, la madre de Jesús.
Dios nunca me ha hablado desde una zarza ardiente. Nunca he escuchado su voz audible y los ángeles nunca se me han aparecido. Sin embargo, confío en que conozco la voluntad de Dios en muchas áreas de mi vida.
¿Los profetas nos dicen cuál es la voluntad de Dios hoy? Algunas veces, otras personas nos ayudan a confirmar algo que ya sentimos que proviene de Dios, pero la mejor manera de descubrir la voluntad de Dios es encontrarla en Su Palabra.
Por ejemplo, ¿es la voluntad de Dios sanarlo y prosperarlo? 3 Juan 1:2 (DHH) dice: Amado, ruego que seas prosperado en todo, así como prospera tu alma, y que tengas buena salud. Por encima de TODAS las cosas, esta es la voluntad de Dios para usted… hoy. Medite en escrituras como esta y vencerá cualquier duda que puedas tener, reemplazándola por una fe que ve Su voluntad cumplida.