Pero ustedes tienen el Espíritu Santo con el que Jesucristo los ha consagrado, y no necesitan que nadie les enseñe, porque el Espíritu que él les ha dado los instruye acerca de todas las cosas, y sus enseñanzas son verdad y no mentira. Permanezcan unidos a Cristo, conforme a lo que el Espíritu les ha enseñado. 1 Juan 2:27 (DHH)
Una relación con el Espíritu Santo puede traer un asombroso poder, dirección y guía a su vida.
Durante los próximos cuatro días, cubriremos cuatro maneras en que usted puede entrenarse para escucharlo. La primera es la siguiente:
Medite en la Palabra de Dios y pida al Espíritu Santo que lo instruya.
Algunos dicen: “Deseo que el Espíritu Santo me diga qué hacer”. En realidad, Jesús dijo: el Espíritu Santo les recordará todo lo que yo les he dicho (Juan 14:26). ¿Cómo puede el Espíritu Santo recordarle las palabras de Jesús si nunca las ha leído o escuchado?
Escuche mensajes, lea libros y, por supuesto, lea la Biblia. Al mismo tiempo, pídale al Espíritu Santo que le enseñe lo que necesita saber. Usted se sorprenderá de cómo Él le recuerda la historia o el versículo correcto cuando más lo necesita.
Santiago 4:2 dice que no tenemos porque no pedimos. Pídale al Espíritu Santo que le enseñe hoy. Reclame Efesios 1:17-19 para usted, su familia y sus líderes. Pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, al glorioso Padre, que les conceda el don espiritual de la sabiduría y se manifieste a ustedes, para que puedan conocerlo verdaderamente. Pido que Dios les ilumine la mente, para que sepan cuál es la esperanza a la que han sido llamados, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da al pueblo santo, y cuán grande y sin límites es su poder, el cual actúa en nosotros los creyentes. Este poder es el mismo que Dios mostró con tanta fuerza y potencia (DHH).