Cuando Jesús terminó estas palabras, las multitudes se admiraban de su enseñanza; porque les enseñaba como uno que tiene autoridad, y no como sus escribas.. Mateo 7:28-29 (LBLA)
Había algo en Jesús que hacía que las personas se sintieran increíblemente atraídas por él. Él caminaba con confianza y la gente se asombrara de cómo enseñaba, “porque lo hacía con plena autoridad.” (Mateo 7:29 DHH).
Él era guiado por el Espíritu en todo el sentido de la palabra y, sin embargo, atraía a personas de diferentes ámbitos de vida.
En el libro de Hechos también se muestra como los discípulos hablaban con esta autoridad. Dondequiera que ellos iban, caminaban con confianza. Usted también puede llegar a este mismo nivel de confianza con la dirección del Espíritu Santo.
Al pensar en alguien que está lleno del Espíritu de Dios, muchos se imaginan a alguien que está actuando de manera extraña. Ser guiado por el Espíritu puede ser una experiencia normal y cotidiana que no atrae ninguna atención indebida hacia usted. Usted no necesita actuar fuera de control cuando el poder de Dios fluye en su vida. Él no lo obliga a ignorar todos los protocolos sociales y hacer que los que lo rodean se sientan incómodos. Y lo último que Él quiere es que usted atraiga atención hacia usted mismo, haciendo que los demás alejen su enfoque de Dios.
Para ser guiado por el Espíritu en su vida normal y cotidiana, confíe en el Espíritu Santo y permanezca sensible a quienes lo rodean. Así como lo hizo Jesús, usted hará que la gente se pregunte: “¿Qué hay de diferente en usted?”