Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.1 Pedro 4:10 (DHH)
Su destino es algo más que encontrar la felicidad.
Por supuesto, Dios quiere que usted esté en paz consigo mismo, experimente alegría y sea exitoso. Pero hay más. Usted tiene un llamado que va más allá de encontrar satisfacción personal. Se trata de promover la causa de Cristo y ser una bendición para los demás.
Lo irónico de hacer la obra de Dios y cumplir su vocación es que, en retorno, usted experimentará la mayor felicidad que pueda tener. Las personas que piensan más allá de sus propios planes y diseños son más despreocupados y alegres. Lo contrario es cierto para aquellos que están obsesionados con sus propios placeres. Piénselo, vivimos en una de las naciones que más buscan placer en el mundo, pero la insatisfacción y la infelicidad viven latentes en nuestra sociedad.
En realidad, su felicidad no es la máxima preocupación de Dios. Él está más interesado en su crecimiento y desarrollo que en satisfacer necesidades temporales y deseos egocéntricos. Así como un padre pone el bienestar de un niño por encima de su deseo de gratificación instantánea, Dios se enfoca en nuestro desarrollo general.
Mientras usted use sus dones y habilidades para servir a Dios y ayudar a otros, recuerde que, aunque Dios quiere que usted descubra la felicidad, lo más importante es que Él quiere que usted crezca. A través de su crecimiento, usted obtendrá más contentamiento y satisfacción que cualquier gratificación instantánea.