Atiende a mis palabras, hijo mío; préstales atención. Jamás las pierdas de vista, ¡grábatelas en la mente Ellas dan vida y salud a todo el que las halla. Proverbios 4:20-22 (DHH)
Cuando usted tiene sed, no hay nada como una bebida fría y refrescante. Su cuerpo anhela refrescarse, pero ¿sabía que su mente también necesita refrescarse?
Muchos de nosotros vivimos con deshidratación durante todo el año. Nos estamos quedando vacíos, corriendo del trabajo a las obligaciones familiares y compromisos con nuestros cónyuges, a un paso del colapso. Los principales psicólogos y médicos dicen que hasta el 70% de todas las enfermedades provienen de una mente llena de ansiedad, preocupación y estrés.
Si bien no podemos eliminar todos los factores de estrés, existe un método para lograr la paz incluso en medio del caos. Hay una paz que supera todo entendimiento que podemos aprovechar cuando meditamos regularmente y llenamos nuestros corazones y mentes con la Palabra de Dios.
Meditación es una palabra que muchas personas en la sociedad occidental evitan. Piensan que se trata de misticismo y magia, pero en toda la Biblia hay una enseñanza clara sobre la meditación. La meditación bíblica no tiene que ver con vaciar la mente; es elegir con que llenarla.
La meditación bíblica es simple. Realmente solo implica que usted elija conscientemente en qué se enfoca y en qué piensa. La Palabra de Dios tiene el poder de refrescar su mente y espíritu de la misma manera que un vaso de agua refresca su cuerpo. Medite en la Palabra de Dios y deshágase del estrés y la preocupación mientras baña su mente en paz y alegría.