Cornelio se quedó mirando al ángel, y con mucho miedo le preguntó: «¿Qué se te ofrece, señor?» El ángel le dijo: «Dios tiene presentes tus oraciones y lo que has hecho para ayudar a los necesitados.
Hechos 10:4 (DHH)
Ayer cubrimos una forma en que podemos posicionarnos para obtener ayuda angelical: declarando la Palabra de Dios. Hoy vamos al capítulo 10 de Hechos para descubrir otra manera.
En esta historia, un ángel de Dios visitó a un soldado llamado Cornelio. Esta es una parte muy interesante de las Escrituras porque el ángel le dijo a Cornelio que él había construido un memorial ante Dios gracias a sus ofrendas y sus oraciones.
Un memorial es algo que construimos para recordar. Tenemos memoriales construidos para aquellos que han dado su vida por nuestra libertad para que nunca olvidemos su sacrificio. Este ángel le estaba diciendo a Cornelio que Dios nunca olvidaría sus oraciones y lo que había hecho para ayudar a otros.
En el Libro de Apocalipsis, leemos descripciones pintorescas de cómo las oraciones del pueblo de Dios llegan a Él (Revelaciones 5:8, 8:3–4). Mi abuela falleció hace mucho tiempo, pero sus oraciones hechas por sus hijos, nietos, y bisnietos nunca expiran. ¡Podemos orar por nuestra futura familia que aún no ha nacido y saber que esas oraciones se mantienen efectivas por siempre!
¡En su tiempo de oración, reclame las promesas de Dios! Usted puede orar por los amigos y la familia que tiene hoy, y también puede orar por los que llegarán en el futuro. Si usted no está casado, ore por su futuro cónyuge. Ore por sus futuros hijos o nietos y los futuros cónyuges de ellos. El efecto de sus oraciones trasciende el espacio y el tiempo. Empiece por reclamar el Salmo 91:11–12 hoy: “¡Gracias, Padre, por ordenar a tus ángeles que nos protejan a mí y a mi familia en todos nuestros caminos!”