Donde hay amor no hay miedo. Al contrario, el amor perfecto echa fuera el miedo, pues el miedo supone el castigo. Por eso, si alguien tiene miedo, es que no ha llegado a amar perfectamente. 1 Juan 4:18 (DHH)
Si cedemos al miedo, ese miedo tiene poder sobre nosotros, dicta nuestras decisiones y nos limita. Pero 1 Corintios 2:16 dice que, como creyentes, tenemos la mente de Cristo. ¡Podemos vencer!
¿Jesús estaba lleno de miedo? ¿Fue reprimido por la ansiedad, la preocupación o el estrés? ¡No! Al tener la mente de Cristo, ¡esa libertad también es posible para nosotros! Al renovar nuestras mentes en Su Palabra, caminamos gradualmente con mayor paz y alegría, y el valor se eleva dentro de nosotros, ayudándonos a superar el miedo.
Al renovar nuestras mentes con la Palabra, también crecemos en nuestro camino de amor con Dios. El versículo de hoy dice que el perfecto amor elimina el miedo, y eso es verdad. Solo piense en alguien que tenga miedo a las serpientes. Si una serpiente se acerca a su bebé, no importa lo asustada que esté, ¡el amor triunfará y esa serpiente estará acabada!
Todos sentimos el impulso del miedo. El valor no es la ausencia de miedo. El valor es hacer lo correcto y lo que es bueno para nosotros incluso frente al miedo. No digo que si usted estudia la Palabra de Dios, dejará de sentir miedo. No, todos sentimos miedo a veces, especialmente cuando enfrentamos cambios o intentamos algo nuevo. La clave es seguir avanzando de todos modos, y seguir renovando la mente en la Palabra de Dios para descubrir la provisión que le ha sido dada.
Cuanto más usted se dé cuenta de cuánto lo ama Dios y cuanto más aprenda lo que le pertenece “en Él”, usted tiene más confianza y fortaleza para enfrentar y conquistar sus miedos.