Ten valor y firmeza, que tú vas a repartir la tierra a este pueblo, pues es la herencia que yo prometí a sus antepasados. Josué 1:6 (DHH)
A veces puede parecer más fácil negar nuestros problemas que enfrentar el miedo y hacer lo necesario para cambiar.
Cuando enfrentamos un problema, decimos cosas como: “Sé que mi negocio está teniendo problemas en este momento y mis gastos son mucho más altos que mi ingresos, pero estoy seguro de que todo estará bien” o “Sé que estamos teniendo problemas en nuestro matrimonio, pero estoy seguro de que las cosas funcionarán por sí solas.” Si tenemos un trabajo sin futuro o simplemente nos sentimos estancados o sin objetivos en nuestra profesión, decimos: “Bueno, a otros les va peor que a mí. Debería estar agradecido.” Pero podemos pasar toda la vida trabajando en algo que no disfrutamos si no nos arriesgamos a cambiar nuestras circunstancias.
El problema es que a menudo cuando cedemos ante ese miedo, intentamos hacerlo ver como sabiduría. Decimos, “Solo estoy siendo práctico”, pero la verdad es que solo tenemos una vida para vivir. Dios le ha dado dones y talentos, ¡pero usted necesita ser valiente para usarlos y hacer la diferencia en este mundo!
No podemos ser conquistadores si permitimos que el miedo dicte nuestras acciones. Necesitamos ser valientes, y no estoy hablando de tener un valor arrogante. Si alguien parece valiente pero no respeta, ama y se preocupa por las personas, con frecuencia es porque el miedo está detrás de sus acciones. Está tratando de probarse a sí mismo, a expensas de los demás. Necesitamos ser valientes al usar la sabiduría y extender la bondad.
¿El miedo lo está deteniendo? Así como Dios animó a Josué, Él lo está animando y empoderándolo. ¡Sea fuerte y tenga valor, y seguirá adelante para hacer cosas que nunca antes ha hecho!