Los fariseos le preguntaron a Jesús cuándo había de llegar el reino de Dios, y él les contestó:—La venida del reino de Dios no es algo que todo el mundo pueda ver. No se va a decir: “Aquí está”, o “Allí está”; porque el reino de Dios ya está entre ustedes. Lucas 17:20–21 (DHH)
En nuestro mundo, dedicamos mucho tiempo y esfuerzo a las apariencias externas. No estoy diciendo que sea malo el querer verse lo mejor posible, pero Dios tiene una perspectiva diferente. Jesús dijo que el reino de Dios está dentro de usted. Cuando cambiamos lo que hay en nuestros corazones, nuestro comportamiento externo cambia automáticamente.
Es inútil seguir tratando de cambiar nuestro comportamiento sin cambiar el interior, tan pronto como dejemos de prestar atención, nuestros hábitos se revierten.
Por ejemplo, supongamos que usted quiere dejar el hábito de preocuparse. Cada vez que empieza a preocuparse, se detiene a pensar: no hay nada de qué preocuparse. Esto ayuda hasta cierto punto, pero tiene sus límites. ¿Por qué? Porque sus creencias todavía están enredadas con el miedo. Usted necesita cambiar lo que cree, renovar su mente con las verdades de Dios y entonces su pensamiento se alineará.
Si usted medita y reclama en voz alta las promesas de protección y provisión de Dios, Su Palabra comenzará a cambiar lo que usted cree. En lugar de imaginar los peores escenarios posibles, el Espíritu Santo le recordará la verdad que ha plantado en su corazón: No se me ha dado un espíritu de miedo, sino de poder, amor y una mente sana. Permito que Su paz que sobrepasa todo entendimiento guarde mi corazón. Él me mantiene en perfecta paz, incluso cuando el mundo me causa problemas, ¡porque Jesús ha vencido al mundo!
Aunque siempre trabajaremos para ser mejores, lo hacemos fortalecidos por Él y somos muy conscientes de que Su naturaleza y Espíritu están en nosotros. ¡Esta es la clave del cambio, de adentro hacia afuera!